Ir al Vall del Boi es visitar una de las zonas de montaña mas bonitas de España. Fuimos el año pasado en septiembre, muy buena época para visitar toda esa zona ya que no hace mucho calor por la zona de montaña y por la noche se agradece.
Durante nuestro camino de Madrid a Lleida decidimos parar a visitar los jardines del monasterio de piedra, un lugar muy interesante y bastante grande para darse un paseo por un módico precio de 6€. Merece mucho la pena por que son unos jardines con mucha vegetación y agua en abundancia, muchas cascadas y pequeños lagos.
En total estuvimos unas tres horas andando, asi que esa noche al llegar a Lleida y después pegarnos una pedazo de cena en un Italiano, dormimos mas que a gusto.
El sábado decidimos hacer la ruta de los pueblos románicos de todo el Vall del Boi. El primer pueblo que visitamos se llama Sopeira, en la provincia de Huesca, y tiene una iglesia del siglo XI de origen visigodo. Un paseo bordea un pantano permitiendo contemplar el paisaje desde sus miradores.
Iglesia de Sopeira.
Proseguimos nuestro camino pero hicimos una breve parada en una presa cerca de Sopeira. Las vistas eran espectaculares.
Vistas desde la presa.
El siguiente pueblo por el que pasamos, se llama El Pont de Suert, típico pueblo con estilo pirenaico, casas construidas en piedra, muchos puentes que cruzan el río noguera del tor y una iglesia muy característica para la situación en la que se encuentra el pueblo.
Iglesia de Pont del Suert.
Calle de Pont del Suert.
Este fue el ultimo pueblo de la provincia de Huesca que visitamos, el resto del día lo pasamos en la zona fronteriza de Lleida, a partir de este punto el sol se escondió dejando paso a un cielo cubierto de nubes y en ocasiones caía una lluvia contundente, a ratos salía el sol.
A partir de este punto empezamos la autentica ruta por las iglesias romanicas de Vall del Boi, llegamos bajo un cielo bastante nublado a Durro, un pueblo que data del siglo XII, cuando se construyo su iglesia. Casas de piedra, tejados de pizarra y unas vistas muy bonitas.
Casas en Durro.
Iglesia de Durro.
Vistas del valle.
Calle de Durro.
Empezamos la ascension, y nos situamos en Erill la Vall, un pueblo a 1300 metros de altitud que cuenta con 102 habitantes. Este fue el sitio escogido para degustar un menú típico de la zona, chuletas de cordero, espárragos trigueros, judías y solomillo. El restaurante se llama L´aut. Una vez terminamos, recorrimos este pequeño pueblo y visitamos la iglesia del siglo XII y de tipo románico-lombardo, la torre cuenta con 6 pisos y una altura aproximada de 35 metros en su punto mas alto. Desde arriba se aprecian las vistas al resto del valle.
Iglesia de Erill la Vall
Interior de la iglesia.
Vistas desde la torre campanario.
A 5 minutos en coche se encontraba Boi, el pueblo que da nombre a la zona, del que destaca, como no, su iglesia que es la mas antigua del Vall del Boi, un puente medieval sobre el río San Martín y parte de la muralla que encerraba a el pueblo.
Iglesia de Boi.
Esto no acaba aquí, ya que nos faltaba por ver la iglesia mas importante de todas, la iglesia de Sant Climent de Taüll, las mas bonita de todas las del valle, de estilo románico de planta basilical con 3 naves que data de 1123. La torre campanario consta de 5 pisos, donde encontramos una campana en el 4º. El interior de la iglesia esta decorada con pinturas murales románicos.
Iglesia de Sant Climent de Taüll
Pinturas del interior de la iglesia.
Tejado de madera.
Vall del Boi.
Taüll.
Toda la zona del Vall del Boi ha sido declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco desde el año 2000, el pico Erill es el mas alto y se encuentra a 2508 metros de altitud. Todas las pinturas del interior de las iglesias se encuentran en el Museo Nacional de arte de Cataluña.
Sin duda fue una ruta sorprendente ya que no me esperaba ver todo aquello. El valle es recomendable en las dos temporadas importantes, verano debido al verdor de sus prados, la cantidad de agua del deshielo y la naturaleza plena, y en invierno puedes disfrutar de la nieve en abundancia y hacer unas buenas bajadas.
Una vez visto todo el valle, decidimos ir de vuelta a Lleida ya que nos esperaban unos 100km de distancia al hotel. Llegamos a la hora de cenar y paseando por el casco antiguo dimos con un restaurante de comida casera y muy sencillo pero que tenia una cocina excelente. Fue una cena abundante y bastante buena.
Profiteroles.
Ya el domingo volvimos a Madrid, pero antes paramos en Medinaceli, un pueblo en la provincia de Soria que data del siglo III, en el que encontraremos algunos monumentos de la época romana aun en pie, como el arco romano, el único en España que esta compuesto de 3 arcos, ademas encontramos una puerta árabe. En el pueblo viven 800 habitantes y la verdad que es bastante interesante de conocer y la gastronomía es muy buena, comes bien por un precio muy razonable, un revuelto de salmón y una pata de cordero lechal por 17€.
Iglesia de Medinaceli.
Sin lugar a dudas, uno de los mejores fines de semana de turismo que he hecho desde que recuerde y con una muy buena compañía.
